martes, 13 de agosto de 2013

SENTIMIENTOS DE UN DOCENTE


Las  sensaciones y sentimientos que rezuma la profesión docente, es rica e intensa. Al fin y al cabo trabajamos con personas jóvenes, rebeldes e inconformistas… descolocadas en un mundo de adultos que no les entiende.
Cada profesional de la Educación sentirá su trabajo de forma diferente y particular. Yo intentaré explicar brevemente mis inquietudes, sin entrar en más cuestiones teóricas.
Todos los días me encuentro en mi trabajo con jóvenes fracasados o adolescentes sin futuro, y no es que lo diga yo, así se autodefinen sin el menor rubor. Convencidos de su realidad y desilusionados con lo que les depara el futuro.
Verles cara a cara, observar sus miradas perdidas y vacías de ilusión, me estremece y acongoja. Estudiar el lenguaje corporal que tan abiertamente demuestran; acomodándose cansinamente en los pupitres, mirando continuamente el reloj o por las ventanas del aula y demostrar una habilidad entrenada, haciendo equilibrios con las patas traseras de la silla mientras están sentados. Ofrece una visión desalentadora.

Saber de antemano por años anteriores y propia experiencia, que entre un 30% o 40% del alumnado va a abandonar el curso antes de su finalización, me entristece y llena de rabia. La sensación de impotencia y frustración se apodera de uno. En esos momentos puntuales del curso, te sientes un fracasado y un incapaz por no haber sido lo suficientemente hábil de otorgar al alumno, aquello que te demandaba y suplicaba.
Ser profesor tutor durante todo un año escolar, de chavales aburridos con el Sistema Escolar que se les ofrece, me carga de responsabilidad y miedos. Cambiar las inercias destructivas de un alumnado acostumbrado a la culpa, el desdén y la denuncia continua, no es fácil. Dar con la tecla que haga sonar la primera nota, es la tarea que debo emprender para poder tener alguna posibilidad de éxito.
Como ven, hablo de sensaciones, de sentimientos, del corazón. De matices que fundamentan la educación para bien o para mal. Que descarga en el docente una responsabilidad que no ha elegido y a veces le supera, al no poder gestionar las situaciones presentes con las suficientes garantías.
La carga pedagógica y profesional del tutor,  va más allá de la consecución o no de aprendizajes y conocimientos teórico-prácticos por parte del alumnado, eso nos llevaría al fracaso seguro. No ha funcionado hasta ahora y no cambiará. La responsabilidad exigible al docente en muchos casos, escapa a sus posibilidades reales y aunque cuente con un equipo de colaboradores, cada vez menos, la envergadura del problema en algunos casos escapa a las posibilidades de la escuela.
Evidentemente estos alumnos no eligieron ser “diferentes” por motu proprio. Existen básicamente dos teorías:
  •     Uno defiende el paradigma ambientalista y social del aprendizaje. Donde la familia y el círculo más cercanos al individuo marcará definitivamente los logros y conocimientos adquiridos.
  •     El otro paradigma, deja a cargo de la herencia genética inherente en cada cual, la capacidad de conseguir determinados aprendizajes y logros.
Un paradigma, el otro o los dos, tienen la “culpa” de convertir a unos jóvenes, en muchos casos capaces, en alumnos de segunda categoría.
Para el tutor, los problemas de aprendizaje del alumnado por dificultades reconocibles y expedientadas, no es el problema. La verdadera dificultad radica, en los alumnos con problemas de adaptación social al Sistema Educativo vigente, que tienen un perfil más difícil de diagnosticar y que generarán el mayor reto a combatir por el docente, como son:
  • Alumnos absentistas por “abandono familiar”. 
  • Alumnos desmotivados y carentes de ningún estímulo por déficit de atención. 
  • Alumnos con serios problemas familiares, que manifiestan su ira y agresividad en el aula. 
  • Alumnos aburridos, brillantes en algunos casos, que no encuentran ningún reto que les motive. 
  • Alumnos con un rol o etiqueta negativa demasiado asumida, de la que les cuesta desprenderse. 
  • Alumnos humillados por su personalidad frágil, que detestan ser el blanco fácil del resto. 
  •   Alumnos carentes de personalidad, que son los vasallos del líder y de sus ocurrencias. 
  • Alumnos despreciados y arrinconados por su inclinación sexual. 
  • Alumnos con condenas penales por pequeños delitos.
Y un largo etcétera de problemáticas con las que se enfrenta el docente año tras año, con la simple arma de la palabra, el consenso, el pacto y el dialogo, que lleve al auto-convencimiento del chaval… a que todo empieza por él. Respetándose, queriéndose y dejándose asesorar por aquellos que de verdad quieren ayudarle a salir adelante.

El tutor, se convierte durante un breve pero fundamental periodo de vida del adolescente, en el salvavidas donde aferrarse para reorientar el devenir de su futuro próximo. Jóvenes acostumbrados al fracaso y al menosprecio de todos, incluido (y eso es lo grave) el suyo propio. Les convierte en unos irrespetuosos, fracasados y apestados, que hay que reconducir con programas especialmente indicados para ellos. Los inadaptados.
Estos programas curriculares, son conocidos como Programas de Cualificación Inicial Profesional (PCPI). Desarrollan actividades y aprendizajes prácticos que se amoldan a las supuestas capacidades e intereses de los jóvenes. Incluso, hacen hincapié a las Necesidades Educativas Especiales (NEE), de mayor o menor calado, que suele presentar algún alumno en estos programas profesionales.



Pero como todo Programa Curricular, poco o nada se habla del afecto, cariño y confianza que estos chicos demandan para poder salir de su pozo particular. Educar con el corazón, dejando de lado los objetivos mínimos evaluables que dan derecho a la obtención del Certificado Académico, es una difícil elección que el docente tiene y debe afrontar en su día a día. No es tarea fácil.

9 comentarios:

  1. Si el sistema no está preparado "racionalmente" para dar una oportunidad a estos chavales... perdidos... en un modelo que no han elegido, que no les ayuda a sobrevivir "sanamente"... que mas da cumplir con el modelo? con la Currícula? lo que realmente importa es que encuentren en este espacio educativo docentes de verdad que les den afecto, seguridad, esperanza, oportunidades... que les acompañen por el complejo mundo del desarrollo personal que la sociedad, la familia, el entorno no les ha dado... HAy un previo al expediente académico... y tiene que ver con la conexión personal que le da sentido a tu vida y ahí está la llave...

    Nunca los problemas se solucionan desde el mismo plano de pensamiento desde el que fueron creados... Cambiar la forma, buscar la propia, la adecuada para despertar de ese sueño profundo y descorazonador en el que están, en el que está el modelo educativo actual...

    Romper con los esquemas, descolocar, mover las mentes hacia otros planos de pensamiento, de emociones, de sentires... abrir puertas nuevas nunca transitadas para desde ahí intentar despertar...

    Tenemos pendiente una conversación sobre esto...
    Besos !!!

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  2. Enhorabuena por tu artículo.

    Que alguien confíe en ti, que te muestre tus cualidades y te apoye, es lo mejor que le puede pasar a un alumno, desmotivado o no. Y no podemos olvidar que nada motiva más que el cariño.

    Quiero enviar mi apoyo a todos los docentes, en especial a los tutores, que hacen suya la "responsabilidad" de ejercer de padres y madres de sus propios alumnos.

    El objetivo último de la enseñanza debería ser crear hombres y mujeres capaces de pensar por sí mismos. Hombres y mujeres libres y felices.

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    1. Muchas gracias. Mi único cometido es ayudarles a madurar y a respetarse... lo demás viene por añadidura. Gracias de nuevo por tú opinión...

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  3. La verdadera educación en la mayoría de los casos tiene una base de Educación emocional. Y eso es lo que en mi opinión distingue al maestro o profesor vocacional, de aquel que está en esto como una opción labora más. Enhorabuena por tu labor.

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  4. Yo no entiendo la docencia sin vocación de ofrecerse al chaval, de interactuar con el e intentar servirle de apoyo...
    Gracias por el comentario.

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  5. Totalmente de acuerdo por eso, Te digo que unos son los docentes vocacionales donde la educación emocional es su propia labor. Y otros, un trabajo más.

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  6. Enhorabuena por tu articulo Oscar,con los años y la madurez profesional, llegamos todos a las mismas conclusiones, lo realmente importante no es el Programa Curricular, con sus objetivos, contenidos, criterios de Evaluación etc... si no las personas, esto vale para cualquier tipo de alumnado, que difícil resulta que suene la primera nota ( como dices tu) pero también hay que decir que la satisfacción personal una vez a sonado es alta.
    Me siento plenamente identificado con tus escritos y por ello te animo a que sigas por este camino, lo haces realmente bien.
    Un saludo

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  7. Has escrito un artículo que plasma en su totalidad los pensamientos que día a día rondan por mi cabeza.Es un placer encontrar a compañeros que comparten la visión de uno mismo y sienten su profesión de la misma manera.Soy una maestra interina de E.Especial completamente vocacional,he tenido la gran suerte el curso pasado y el presente de poder ejercer de tutora en tercer ciclo de primaria con el mismo grupo cuyos perfiles se corresponden con alguno de los que describes. Ha sido y es duro pero sin duda esta siendo una experiencia vital increible. Muchas noches me encuentro pensando con gran preocupación que será de ellos en el instituto, preguntándome qué más puedo ofrecerles para que lleguen con una mochila llena de habilidades sociales y emocionales, qué puedo hacer para evitar que alguno sea objeto de acoso etc... en fin...demasiada implicación emocional y exigencia sin ser nadie de su familia.Respecto a esa tecla que tanto cuesta encontrar en este tipo de niños decir que en mi caso acerté con uno de ellos y creó que soy incapaz de describir la sensación de satisfación que sentí y siento cada día.Es una suerte inmensa poder ejercer de maestro aunque el camino en ocasiones sea duro.Un saludo a todos.

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    1. La vocación es fundamental para poder ejercer esta profesión dignamente, aunque a veces nos lo pongan muy difícil...
      Un placer compartir reflexiones con personas como tú.
      Un saludo y gracias.

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