Como
casi siempre que ocurre algo, para que ese algo sea noticia tiene que pasar en
el primer mundo, en el mundo civilizado… tiene que suceder en Occidente.
En el
día de ayer, recién inaugurado el 2015 y aún envueltos en las bienaventuranzas
y deseos de paz, amor y felicidad para éste nuevo año… ¡Zas! 12 personas (10 caricaturistas
de la revista satírica Charlie Hebdo y 2 agentes de seguridad) son asesinadas a
quemarropa en pleno corazón de Occidente; por el único motivo de saber dibujar
bien, quizá, excesivamente bien. Asesinados por hacer de su trabajo una “depravada”
utilización de la libertad de expresión. Asesinados por satirizar hasta el
esperpento los fanatismos perniciosos que nacen bajo el amparo de la Religión.
Asesinados por ofender a los “verdaderos” galantes y defensores de la verdad
absoluta del Corán y con ello, al mismísimo Alá y a su profeta Mahoma. Asesinados por unos locos que ultrajan a la
voz de ¡ALÁ ES GRANDE! (mientras aprietan el gatillo), aquello misma religión
que creen defender. Asesinados por unos simples y peligrosos asesinos de tres
al cuarto, a los que se les ha lavado el cerebro, desde la manipulación
deliberada de unos iluminados vestidos de falsos profetas. Asesinados por la
fuerza del odio fanático que tristemente ha rodeado la religión mundana desde
el principio de los tiempos… y también asesinados por proteger e intentar
impedir que la libertad de expresión fuera aniquilada por unos seres carentes
de humor y llenos de mala hostia.
Tengo
la impresión, cada vez más machacona, de que a la raza humana se nos ha ido la
pinza definitivamente, o bien nos falta un hervor desde hace mucho, mucho tiempo.
Demasiado. Creo que se nos fue la hoya antes incluso de que en el Génesis se
describiera la acción bucólica del pecado original; donde una Eva voluptuosa y
sensual, es acariciada y rodeada sibilinamente por la serpiente arpía, mientras
le ofrece la manzana de la lujuria al embobado de Adán, que tirita febril e indefenso
ante semejante panorama. Ya, desde esos tiempos del Jardín del Edén, la raza
humana tenía alguna tara que resolver.
Porque
gente de buen corazón… lo miremos por donde lo miremos, la cosa está muy
malita.
Algunos
querrán ver en EEUU con sus políticas intervencionistas y maquiavélicas de
chulo putas, al culpable de tanta locura fanática… y a Occidente su cómplice
natural en la opresión y condena a la miseria de la población mayoritariamente
musulmana, que mal vive sobre los territorios diseminados de Oriente Medio y
otras zonas limítrofes… y seguramente no les falte razón.
Otros
dirán que estos “putos moros” son todos iguales y están asalvajados con sus
costumbres tribales propias del Medievo; que permite practicar la ablación,
tapar con el burka el cuerpo entero de sus mujeres e hijas, tener más de una
esposa si lo desean, lapidar a las mujeres que cometan adulterio o simplemente condenarlas
al ostracismo al depender por entero de las decisiones del hombre… y además lo
harán mientras se toman el 3er Whisky Dyc y babean por la mulata post-adolescente
de 18 años, en el puticlub Km 25 de la carretera Fuengirola.
Y
algunos adivinaran similitudes con la “Guerra Santa” de siglos pasados; aquella
que la religión cristiana protagonizo contra los musulmanes con la aparición de
las Cruzadas (s. XIII) auspiciadas por los Papas para la reconquista de Tierra Santa. La que llevo a la expulsión de
musulmanes y moriscos (musulmanes conversos) de la península, tras la
reconquista de Granada en manos de los Reyes Católicos. O aquella Santa
Inquisición de Torquemada, que obligaba a renegar de su fe a moros y judíos si
no querían ser quemados en la hoguera de la Divina Providencia.
Pero
todo esto da igual… da igual que tengamos una visión más comprensiva o más
radical frente al islamismo religioso. Da lo mismo que generalicemos y veamos a
todos los musulmanes como yihadistas en potencia o los veamos como dignos
descendientes del caballeroso Sultán de Egipto y Siria, el todopoderoso
Saladino. Porque ellos, los fanáticos religiosos, no distinguen en ver quienes
les comprenden o no. Quienes en occidente sufren de islamofobia o quienes respetan
sus creencias religiosas aunque no las comparta… a estos asesinos terroristas
dirigidos por Califas de medio pelo o Imanes 2.0 a través de Internet, todo lo
que sea pensar les confunde y les incomoda. Ellos son simples ejecutores y los
infieles su objetivo.
Al
fanatismo religioso como es el caso, o al fanatismo político, al ideológico e
incluso al fanatismo de los hooligans que recorren los campos de futbol
henchidos en alcohol y drogas, el cerebro no les funciona racionalmente, y eso los
convierte en alimañas. Alimañas predispuestas a que las circunstancias que les
rodea les lleven a dejarse lavar el cerebro con las visiones místicas,
mesiánicas y proféticas del Califa de turno, el Dictadorcillo de pacotilla o la
masa borreguera que aúlla al unísono insultos e improperios. Su misión es
aniquilar al infiel, al opositor, al rival de turno. Acabar con él.
Y
volviendo al fatídico hecho de la acción terrorista de los yihadistas contra
los trabajadores de la revista satírica Charlie Hebdo, ocurrido curiosamente en
el país que en otros tiempos enarboló la bandera de la Libertad, la Igualdad y la
Fraternidad. Queda trágicamente demostrado por ser las víctimas quienes son, la
falta de sentido del humor y de inteligencia de estos “Fanaticus Involutio Habilis”,
debido parecer ser a la carencia absoluta del cortex cerebral que todo Homo
Sapiens posee y que es el responsable final del pensamiento crítico, el juicio
y la empatía en los humanos. Porque evidentemente, todos podemos llegar a
entender que para un musulmán sea ofensivo e hiriente ver ciertas imágenes
burlonas y de chirigota sobre su queridísima religión Islámica. Igual que le
ocurriría a un Católico Apostólico y Romano del Opus Dei o al Rabino ultraortodoxo
cuando se mofan de la Torá… Incluso desde la óptica aséptica y laica del
occidental medio pueden resultar de mal gusto e inadecuadas. Pero de ahí, ¿a
llegar a matar por eso…?
Me
despido de ustedes con un pensamiento ridículo, como casi todo lo escrito lo sé…
pero que me ha merecido una curiosa reflexión; yo me preguntaba, cómo era
posible que Moisés, Jesús de Nazaret o Mahoma siendo los profetas de las tres
religiones monoteístas más representativas de la tierra, con grandes dotes de
convencimiento entre las masas, monologuistas consumados y expertos en las artes
de la oratoria y la expresión corporal… no incluyeron en sus plegarias rimbombantes
y apocalípticas algún chascarrillo o chiste picantillo que le quitara transcendencia
a la cosa y relajara la cuestión… al estilo Gila o el Gran Wyoming por ejemplo. Ahí
lo dejo.
¡Ah!
una última cosa…
“EL HUMOR SOLO TENDRÍA QUE MATARNOS DE LA
RISA”
Oscar
Ara
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