Ella
despertó, y tan rápido como lo vio se abalanzo sobre él para abrazarlo,
apretujarlo y sentirlo suyo, próximo. Era su compañero fiel, el vigía de sus
sueños, su viejo osito de peluche.
Miriam
tiene 33 años y vive sola por momentos… su informal forma de vestir y la
candidez de su mirada, le otorgan algún año menos. Ese día, como empezaba a ser
costumbre, se despertó angustiada y triste. Una sensación incomoda la
acompañaba continuamente oprimiéndole el pecho… como si alguien, no se sabe
quién ni por qué, le apretujara el corazón dañándoselo con sus malévolas y
fuertes garras.
Mientras
permanece debajo de la alcachofa de la ducha, quieta y sin inmutarse, el agua recorre
su ondulado cabello rojizo y desciende sinuoso por su pecotoso y tonificado
cuerpo… y así, protegida por una burbuja de calor y caricias, Miriam recordó su
pesadilla, esa que la atenaza, la entristece y no la deja avanzar, ni ser
feliz.
La
imagen recurrente era siempre la misma; “Un
bebe rubio y rechoncho, asomando la cabecita entre sus brazos, dentro de una
casita idílica, con un jardín idílico en un tiempo idílico… donde el mundo
permanecía inmóvil, mientras la sonrisa del recién nacido iluminaba su rejuvenecido
y sonriente rostro y donde las fragancias empujadas por la cálida brisa, le
acarician los cabellos, envolviendo todo en un halo de amor y placidez sin límite”.
De
repente, Miriam grita y pega un pequeño brinco que la hace resbalar y caer de
bruces sobre el plato de la ducha. El agua fría había hecho acto de presencia
súbitamente… como súbitamente desapareció su imaginaria y protectora coraza de
candor y felicidad en su golpeada cabeza. El chichón la devolvía a la triste realidad.
Iba a necesitar hielos.
Dolorida,
Miriam se encaminaba como una autómata a la cocina para hacerse el café,
enchufar la radio y encenderse el primer cigarrillo del día… y allí, viéndose reflejada
a través del sucio cristal del microondas, tanteo con la punta de los dedos la
dimensión real del pequeño abultamiento que se adivinaba en su frente… entendió
que sería conveniente un poquito de hielo, para minimizar el resultado del
accidente casero.
Sentada
y con la vista perdida frente a la humeante taza de café, Miriam hace balance
de su vida, mientras mantiene no sin esfuerzo el contacto de los hielos sobre su abollada cabeza… allí sentada y envuelta
en una toalla, un movimiento se iba a repetir durante unos minutos, un bucle de
balanceo continuo, de un ir y venir rítmico, cuyo único fin son las intensas
caladas que la pelirroja le da a su Ducados negro, apresándolo vorazmente entre
sus carnosos labios.
En ese
momento de letargo, de ensimismamiento y de triste despertar, se da cuenta de
todo y de nada. Percibe el abismo que le ha tocado vivir y una lágrima
recorre irremediable y decididamente sus angulosos pómulos de actriz de los
´50. Está harta de posponer sus proyectos, sus anhelos y los deseados sueños de
ser, de formar parte de una familia feliz, en la que ella sea la protagónica mamá;
que ame y cuide de sus cuatro niños… con el mismo esmero, cariño y dedicación
que lo hizo su madre (recién fallecida) con ella y sus tres hermanos.
Porque
los sueños de sus padres, de que estudiaran y tuvieran la mejor formación
posible, hoy no era garantía ya de nada. Así lo atestiguaba cabezonamente los
muchos años que llevaba Miriam trabajando en trabajos temporales de baja
cualificación y mal remunerados; de socorrista, camarera, coordinadora de
tiempo libre e incluso como azafata de eventos… en la actualidad y gracias a
una amiga, gana 850€ mensuales limpiando comunidades por las mañanas y como
teleoperadora por las tardes (9 horas). Todo ello a pesar de su Diplomatura de
Trabajadora Social y su renombrado y valiosísimo Máster en Gestión y Relaciones
Laborales en Entornos Geopolítico y Sociales Empobrecidos por el Cambio
Climático y las Variables Manifestaciones de Enfermedades Tropicales que se producen…
conocido con las siglas -G.R.L.E.G.S.E.C.C.V.M.E.T.- Un Máster fervientemente aconsejado
por los Orientadores y Formadores pertenecientes a los dos grandes Sindicatos
(OGT y COOs) y realizado en la prestigiosa Universidad Pitita Ridruejo de Cuenca…
con una duración de 1 año y un coste efectivo de 4.750 €, sin IVA o lo que es
lo mismo, 20.050€ de coste real, IVA
incluido.
Miriam
absorta aún en su desdicha, adivinó al instante y tras una leve ojeada a su
alrededor, que no tendría nunca la vida de su añorada madre y que incluso
soñarla le estaba terminantemente prohibido. Observo la minúscula cocina que
formaba parte del pírrico apartamento donde vivía y fugazmente, de reojo, su
mirada se detuvo en una foto, la del frigorífico, esa en la que está con Jorge
haciendo un ridículo Selfie en ropa interior, justo el mimo día que rompió con
él. Si, ahora, en ese mismo momento entendió que definitivamente nada la
sujetaba allí, se marcharía. No podía dejar pasar más tiempo marchitándose ante una ilusión que la estaba consumiendo por dentro y que la estaba convirtiendo
en una sombra de lo que ella fue no hace tanto tiempo.
Miriam
formaba parte de aquellos ciudadanos que entendían que la política no iba con
ellos, ya que su participación poco o nada podría variar lo establecido por los
de siempre. Nunca ejerció su derecho al voto…
Oscar
Ara