“España va por la senda de la recuperación económica…
España hoy, está mucho mejor de lo que estaba hace poco más de 2 años, con el
gobierno socialista del Sr. Rodríguez Zapatero. España ha atravesado el abismo
económico del Cabo de Hornos y lo peor ya ha pasado…”
Un día
antes del día D, Don Mariano con su equipo de confianza, se afanaban en llegar
puntuales a la cita propuesta por el líder de la oposición esa misma mañana. La
inesperada llamada contraria a toda lógica de Don Alfredo, no había caído en
saco roto y despertó en el Presidente una curiosidad que necesitaba ser
aclarada al instante. ¿Qué querría tratar el líder de un partido que va a la
deriva y sin rumbo? ¿Qué le podría proponer un dinosaurio de la política sin
crédito y plenamente amortizado? Su equipo, encabezado por la Sra. Soraya,
habían barajado varias alternativas posibles…
“Señor Rajoy, en qué país
vive usted… Usted y los suyos deben de estar viviendo en un universo paralelo,
muy alejado de la realidad que viven la gran mayoría de sus conciudadanos, que
solo ven más precariedad en los trabajos, más desigualdad y más paro…”
Puntuales
y con la diligencia marcial que acostumbran a operar los cuerpos y fuerzas de
seguridad del estado, la llegada del jefe de Gobierno al Hotel Palace pasó
totalmente inadvertida. El haber accedido por el parking privado del Hotel,
situado en la Calle Cervantes, lejos de la entrada principal vigilada
habitualmente por los molestos periodistas, evitarían incomodas preguntas e
inconexas respuestas de la secretaria general del partido, la Sra. de Cospedal.
“Propondremos en éste mismo hemiciclo, garantizar la
contratación de trabajadores de forma estable, al rebajar las cotizaciones sociales en
100 euros para los nuevos contratos indefinidos e incentivar con la bajada del IRPF de los
asalariados, la reactivación económica del consumo…”
En la Suite 505 y a
la hora convenida, el jefe del Ejecutivo y el principal candidato y opositor al
Gobierno, se saludaron como las buenas formas y la diplomacia política obligan.
Tras el primer tanteo visual entre los ahí presentes y las lecturas apresuradas
del lenguaje corporal del oponente, los 15 miembros presentes en esa reunión
top-secret, se sentaron estratégicamente, unos enfrente de los otros.
La Suite 505 era espaciosa
pero austera. Contaba con un gran salón con dos partes bien definidas; una zona
de estar donde destacaban dos grandes sofás estilo Vintage encuadrados frente
una chimenea colonial y un comedor presidido por una majestuosa mesa neoclásica
sobre la que pendía una enorme lámpara de cristal de bohemia, ambas zonas
estaban hábilmente delimitadas por unas inmensas puertas corredizas que permitían
cierta intimidad.
“¿Quiere qué le diga lo que realmente ha conseguido en éstos dos años de legislatura? Si, lo que los ciudadanos de a
pie, los de carne y hueso están padeciendo con sus políticas restrictivas y
altamente destructivas… Tres cosas básicamente; menos empleo, más
deuda y menos crédito. Ésas son sus cifras, las de los dos años de Gobierno"
Tras diez minutos de conversación acalorada e incluso fuera del tono
cortésmente aceptable… del comedor de la Suite 505 del Hotel Palace y en una
actitud que cabría catalogarse entre confundida y expectante, fueron saliendo
uno a uno los miembros de ambos partidos. Todos, a excepción de sus dos líderes
que permanecerían en su interior, un ratico más.
“Hoy nadie habla de recesión económica salvo ustedes,
los agoreros del crecimiento, los responsables de que en este país se esté pagando,
cinco años después, las consecuencias de una política errática y suicida…”
Allí solos y desnudos de consejeros, secretarios o inoportunas llamadas
telefónicas, se encontraban los hombres más influyentes de España. Uno frente
al otro, en una imagen cómica y absurda, si se detiene uno un instante a
contemplarla; Rajoy en un extremo y Rubalcaba en el otro. Rajoy a la derecha y a
la izquierda Rubalcaba. Uno fumando un Cohíba y el otro un Montecristo. Allí
estaban dispuestos a jugar una partida de ajedrez, de estrategia política que afectará a las vidas
de los ciudadanos. Pero todo ello a distancia… la distancia de cinco metros que hay de
punta a punta de la mesa, que simboliza la eterna brecha que separa a este país
entre dos posturas irreconciliables y con una gran carga emocional que va más
allá de lo puramente ideológico.
“Seguramente,
nosotros nos equivocamos en muchas de las decisiones que tomamos en su día, no
se lo niego. Pero nosotros nunca, y digo nunca, nos financiaríamos ilegalmente…
cosa que ustedes han ido haciendo durante los últimos 20 años con total
impunidad y alevosía…”
- ¡Mariano
relájate, sabes que mi situación en el partido… y el propio partido no están
para tirar cohetes! Sabes que diga lo
que diga o haga lo que haga, tu respuesta va a ser siempre la misma y te va a
servir ¡Lo sabes!... con la recurrente y manida frase de “la herencia
adquirida” lo tenéis hecho. Con que relájate y disfruta.
- Alfredo, no
creo que me hayas convocado aquí de urgencia para pedirme tranquilidad de cara
al debate de mañana, a sabiendas de que lo tengo ganado. Espero que no sea así
y me hayas hecho perder el tiempo con tu melodramático sometimiento…
- No Presidente,
se que su tiempo es valioso, incluso más que el mío. He precisado su presencia
hoy aquí y de manera urgente, para comunicarle el propósito decidido e inmediato
de reconstruir el partido que yo presido justo después de las elecciones
Europeas. El PSOE va a refundarse desde los cimientos, desde la base y así nos
convertiremos en un partido nuevo que recupere los ideales perdidos y que de
nuevo enganche y atrape a la ciudadanía…
- ¡No te
atreverás Alfredo, no puedes hacer algo así!... Faltarías al pacto sellado en
el ´83, dos años después del fallido golpe de estado. Traicionarías la voluntad
de estabilidad y equilibrio democrático que ese consenso aseguraba y que
nuestros antecesores tuvieron a bien dejarnos… ¿o es que te olvidas de las reuniones
maratonianas entre Felipe y D. Manuel Fraga, en el Palacio de Las Marismillas,
allá en Doñana?
- Claro que lo
recuerdo. Tú y yo estábamos presentes en la firma, dos años después del acuerdo
pactado. Era Marzo del ´85 y era precisamente aquí, en ésta misma habitación…
Pero los tiempos han cambiado Mariano, y nosotros también. Los ciudadanos nos
detestan, nos ven más como el problema y no como la solución. No creen en nuestra
palabra… porque sinceramente suena hueca y vacía, falta de ilusión y de ideales que conecten con el mundo real.
Necesitamos regenerarnos, resetear el programa para vislumbrar todos los virus
que nos acechan en los partidos y eliminarlos, acabar con ellos desde la raíz…
- ¡A mí no me
metas en tus pajas mentales y fantasías de salvapatrias de tres al cuarto!… ¿o
es que no sabes cómo funciona esto y cómo va a seguir funcionando cuándo tú y
yo ya no estemos? ¿Alfredo de verdad te crees que te van a dejar? Me sorprende
tu ingenuidad... no lo entiendo.
- Mariano desde
el respeto que te tengo, te recomiendo que hagas lo mismo. Refundaros, cambiar
vuestro perenne anacronismo en el que estáis estancados desde décadas, y
evolucionar… abandonar las posturas rancias y trasnochadas que tú mismo
detestas. Y desde una posición liberal respetable, conectar con la gente, con
los ciudadanos… ¡Qué los estáis machacando! ¡Los estáis matando literalmente de
hambre, los estáis echando del país…!
- ¡Calla, no te
permito que me digas que me cuentes lo que está pasando en España! ¡Porque tú
maldita sea, eres culpable de que ahora estemos así! ¡Tú y los tuyos!… ¡y esa
maldita zorra de la Merkel que nos tiene agarrado por las pelotas!… y luego,
sale a relucir lo de Bárcenas.
- ¡Pero Mariano,
no me creo que tú no supieras nada! No me creo que estuvierais tan ciegos en tu
partido para que durante 20 años…
- ¡Te juro que
no!… no sabía nada ¿Porque sabes cómo funciona esto? Las cuestiones económicas,
la financiación de los partidos están en manos de un puñado de gente que hace y
deshace a su antojo. Sin ningún control…
- Ahí está el
error, vuestro error. El no saber algo a ciencia cierta no te exime de
responsabilidad… ¡Porque lo intuías y porque eres el Presidente del PP, joder!
-
Lo sé…
- ¡Pues dimite! ¡Convoca
elecciones y recuperemos el control! ¡Hagamos política de nuevo, como cuando
empezamos en esto! Pero desde la trastienda… porque tú y yo estamos ya
demasiado castigados para seguir…
- ¡¿Ahora?! Y
dejar al país en un limbo de poder endeble y peligroso ¡No! No me pidas eso,
porque sabes que sería un suicidio…
- ¡El suicidio
es seguir como hasta ahora! Con un Gobierno, el tuyo, que no asume
responsabilidades ante tanta corrupción, que ha perdido toda credibilidad al no
cumplir nada de lo prometido. Un Gobierno que nos está llevando 50 años atrás en
asuntos sociales que no tocaban ¿¡Porqué razón lo hacéis!?… y que sobre todo,
machaca a sus compatriotas por las recomendaciones externas de la Troika y
poderes fácticos que solo entiende de especulación y ensañamiento…
-
No sigas, porque no lo voy a hacer...
- ¡Eres un
cobarde! Siempre lo has sido… pero imbécil de mí pensé, creí que podría
convencerte si hablamos tú y yo a solas, sin nuestros delfines hambrientos de
protagonismo. Pero veo que me he equivocado una vez más; la primera fue al fiarme
demasiado de Zapatero y la segunda ahora contigo, pensando que eras un Presidente
que amaba a su país…
-
¡No te
consiento que me des lecciones de moral…!
- Adiós
Presidente. Que la historia no sea demasiado cruel con nosotros. ¡Ah! Y que tú
Dios te perdone.
"Hace más de 25
años ocupaban estos escaños gente de la clandestinidad y gente del antiguo
régimen, y se pudieron de acuerdo. ¿No lo vamos a conseguir nosotros?".
Este relato es pura ficción… ¿o no?
Oscar
Ara