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lunes, 29 de febrero de 2016

CIUDADANO DON LUIS M. LÁZARO

No, hoy no toca reivindicar nada. Hoy no es día para soflamas hacia las gestas certeras o equivocadas de nadie en particular. Este post que estoy por descifrar, va enteramente dedicado a una persona a la que conocí por la magia de Internet y las redes sociales que todo lo invaden. Esto es un reconocimiento póstumo hacia el ciudadano Don Luis María Lázaro. 
Coincidimos y compartimos lecturas y artículos de opinión básicamente porque usted, por la casuística que todo lo explica, me encontró perdido en ese laberíntico mundo llamado Internet, donde Usía se manejaba con sorprendente habilidad y diligencia Suiza.  
Me invitaste a participar en tu pagina web http://www.luisml.es/  por aquello de ser una mosca cojonera, sin más. Simpatizamos enseguida y vía telefónica recordaré siempre con afecto, como tu voz ronca y decidida acentuaba, más si cabe, ese idealismo desmedido que mostrabas, cada vez que hablabas de una España más justa, humana y participativa.

El pasado viernes nos dejaste sin avisar, sin molestar. En silencio. Y contigo Don Luis, se fue la voz de muchos, nuestro guía. La inspiración donde ubicábamos nuestros anhelos. Un referente, un luchador… y personalmente alguien que vio en mí algo que yo desconocía; “… un junta letras con cierta sorna y crítica satírica, capaz de incomodar y tocar las narices a esa “Casta” acomodada y casposa que nos gobierna”, (o algo así dijiste). 
Han sido tres años intensos donde hemos compartido escritos y artículos de sesgo marcadamente político y social. Años donde nunca me dejo de sorprender  tu carisma para saber aglutinar a personas distantes y distintas con el simple gesto de un clic en Twitter o en Facebook. 
Desconozco muchos aspectos de tu vida recién acabada Don Luis. Pero sé que fue tan dura como comprometida. Intentamos varias veces, sin suerte, reunirnos para hablar de lo que a usted y a mí más nos inquietaba; la paulatina pérdida de justicia social, de educación y libertades, gracias al enroque suicida del PP y la lacónica oposición del partido de la oposición. 
Hoy me arrepiento de mis prisas, de mi apretada agenda familiar. Hoy me arrepiento de no haberle conocido en persona Don Luis, por la excusa tontorrona  de que tal vez mañana o pasado mañana, podríamos coincidir en nuestra Zaragoza natal para charlar y tomarnos una cervecica mientras destripábamos esa actualidad política que a través de tu web, formaba parte fundamental de tu ser, de tu vida. 
Le echaré de menos Don Luis. Echaré de menos la oportunidad de haberte conocido de verdad, porque la vida pocas veces nos da la ocasión de conocer a personas que realmente merezcan la pena. Personas que aportan sabiduría y pasión a lo que hacen, a lo que dicen… a lo que piensan.      
Por  todo ello D. Luis, si a usted le parece bien, tenemos una cita pendiente para cuando toda esta miseria política escampe… y España sea por fin Republicana. 
Un saludo cariñoso amigo de la red. Mi respeto y admiración por siempre jamás.


Oscar Ara


domingo, 17 de enero de 2016

SILENCIOS DE MUJER


MUJER -“¡A mí no!”- decías.- “A mí no me va a ocurrir lo mismo que a esas otras…” “Él me quiere como siempre me ha querido, a su manera; celoso y vigilante… como un verdadero amante”.
MUJER, tus hijos lo vivieron con la impronta del día a día, de la costumbre. Entendieron como normal los gritos de papá, que se enfadara. Y mientras, los vecinos, al otro lado de las paredes de papel, omitían cualquier queja… callaban.
MUJER, poco a poco te fuiste encogiendo por el miedo. Tu voz no supo pedir ayuda, ni socorro… ni tan siquiera un hilillo de consuelo. Tu autoestima quebró. La soledad, la humillación y el miedo te derrotaron… te vencieron.
MUJER, sí ocurrió. La vergüenza se hizo un hueco en el rincón donde la conciencia es más débil y asustadiza; el temor al fracaso, al que dirán… a la chanza machista de tanto subnormal.



MUJER, escondiste tus temores, tus vergüenzas, tus anhelos. Incluso a ti misma te escondiste. Te aferraste a la idea de recobrar un amor sin alma, efímero y sin aliento. Te inmolaste sin saberlo. Lo hiciste… y lo siento.
MUJER, cuántas veces le perdonaste. Cuántas veces te hizo creer culpable de sus miserias, de su amargura, de sus quebrantos. Cómo fuiste capaz de perdonarle aquel insulto, aquel desprecio… aquel primer tortazo.
MUJER, tu único cómplice fue el maquillaje que todo lo tapa; las arrugas prematuras, los moratones indiscretos y esos rasguños que mostraban la violencia de un terrorista, de un psicópata… de un canalla.



MUJER, tu familia sospechó de tus silencios. Esos malditos silencios que piden ayuda, que insinúan pero que no dicen nada. Silencios que otorgan poder al insulto, a pegar sin reparo, a humillar sin cuartel…. al abuso bastardo.
MUJER, los amigos se entrometían y eso te incomodaba. Creías poder resolver el entuerto tu solita, sin ayudas, así a las bravas. Y un día te diste cuenta de que ya era tarde, que no había salida, que ¡PUUN! (Se acabo. Tu silencio es eterno… se alarga)
MUJER, acabas derrotada, tendida y ensangrentada. Asesinada a los pies de ese hombre que solo poco después, decide poner fin a su miserable vida y terminar en la fosa común de la cobardía. Un purgatorio fétido de la frustración del inútil, del abusador, del fanatico visceral, del odio, de la ofuscación, del tarado posesivo, del acomplejado… del ASESINO MACHISTA.



Y tú MUJER, de repente te conviertes en otro dato. Otra estadística que añadir a un papel en blanco, al que no tardarán en sumarse otras mujeres asesinadas por el MACHISMO macabro aprendido desde el HOGAR, desde la ESCUELA. En la calle, en la TELEVISIÓN, en la cultura y en el TRABAJO. En la sociedad en general, en la RELIGIÓN, en la POLÍTICA y en nuestros chistes bastardos. En nuestros silencios, en la PUBLICIDAD y en esa maldita empatía con el mamón de al lado…
Porque no es solo un mal chiste. Es un modo retrogrado de ver la vida, que hace daño. Tanto daño, que puede llegar a MATAR a tu madre o a tu hija… a tu sobrina, prima o amiga.
¡BASTA YA DE MUJERES ASESINADAS EN MANOS DE SUS PAREJAS O CUALQUIER CABRÓN ACOMPLEJADO!

Oscar Ara