martes, 21 de octubre de 2014

¿TIRAMOS LA TOALLA?



Como empezar. Difícil. Mi osadía me enfrenta de nuevo ante el reto de la hoja vacía, decidido a reflexionar con ustedes… conseguirlo o no, es otro cantar.


Estamos objetivamente jodidos, cabreados y hastiados… nos sentimos violentados, ninguneados, explotados y robados. Tenemos una sensación crónica de ahogo y de asfixia que no nos deja reaccionar, que nos tiene noqueados, como a ese púgil valeroso y honrado que se resiste a tirar la toalla por la fe de encontrar el momento adecuado de encajar, en el costado del adversario, ese gancho letal que le dé un momento de respiro, para recomponerse de nuevo y así poder empezar de 0.

Nos tienen al borde del KO, al límite de nuestras fuerzas por las marrullerías y continuos  golpes bajos que nos machaca el higadillo del orgullo. Golpes sucios y corruptos que al principio de la contienda entendíamos y aceptábamos como un error, un desvío inocente del oponente… que seguramente no se volverían a reproducir. Pero que de repente, cuando menos no lo esperábamos, cuando el adversario nos tenía entre las cuerdas y completamente fatigados por la aniquilación de nuestros derechos y puntos fuertes ganados a base de mucho esfuerzo, dedicación y amor propio…  ¡Zas! Otro golpe por debajo de la línea de flotación. ¡No podía ser! Nuestra inocencia de púgil amateur y complaciente, acabará con nosotros sino reaccionamos.


Terminado el 3er asalto, caminamos doloridos y apesadumbrados hacia la esquina del consuelo, donde nos derrumbamos exhaustos intentando entender porqué lo hacen... mientras nuestro Coach trata de enjugar nuestras heridas con agua bendita.

Con el ojo a la virulé y el labio partido nos quejamos vehementemente ante el árbitro de la justicia y la ley para todos, e incluso nos enfrentamos a nuestro propio equipo que parece no querer ver lo que está pasando. Manifestamos encolerizados en el tiempo que va de asalto a asalto, sin miedo ni tapujos, las injusticias de permitirle el juego sucio y cobarde al que se sabe con el poder de la fuerza bruta. En ese momento, nos penalizan y amordazan mandándonos callar… definitivamente estamos  vendidos y abandonados por el fair-play de una Ley única e igualitaria. No queda otra que seguir luchando.


4º asalto. Suena la campana, y aún con la respiración entre cortada y las heridas sangrantes, nos levantamos de nuevo. Intentamos disimular nuestra debilidad y alzamos la mirada desafiantes…

Rabiosos y enfurecidos nos abalanzamos contra el opresor lanzando fallidos puñetazos al aire, a la vez que intentamos pedirle explicaciones con gritos que se pierden entre el murmullo de la mayoría silenciosa que presencia el envite…
  • ¿¡Te parece poco la paliza que nos estás dando, que aún te permites la vileza de humillarnos con las marrullerías del juego sucio y rastrero!?
  • ¡Eres un canalla y ganarás esta batalla “campeón”… pero te aseguro que nunca nos derrotarás, nunca podrás acabar con el honor y el coraje de defender nuestra dignidad ante el abuso de la impunidad que representas!

Sin tiempo para más palabrería y debido a una leve pérdida del equilibrio provocado por el descontrolado ímpetu de la ofuscación, acomodamos torpemente nuestro cuerpo frente a las fauces de nuestro caníbal enemigo, que sin dudarlo, arrancará con su pérfida dentadura de alimaña (como un Mike Tyson cualquiera) el lóbulo de los derechos, los valores y la ética de un pueblo demasiado cansado...

Lo terrible, es adivinar en su mirada la crueldad y el deleite que le provocan nuestros gritos de auxilio y socorro… ¡No hay compasión!


Fin del 4º asalto… ¿Tiramos la toalla?


Oscar Ara





lunes, 13 de octubre de 2014

EL REY Y LA ESPAÑA ENFERMA



Durante estos convulsos días de independentismos peligrosos, de declaraciones machistas, de Ébolas contagiosos y de tarjetas opacas, he preferido permanecer a la expectativa para intentar comprender, si se puede, toda la información que un españolito medio tiene que asimilar sobre esta España enferma.

En lo que va de mes de octubre, la Marca España; ese eslogan que algún iluminado considero como un potencial señuelo con el que ensalzar ante el Mundo, las maravillas del País de Rafa Nadal, de la Roja, de Gasol & compañía, frente a tanto cenizo, pesimista  y aguafiestas… ha sido motivo de mofa y recochineo no solo en las redes sociales a nivel nacional, sino también (y es lo más grave) en los medios de información y redes sociales a nivel mundial.


Y como la casualidad es antojadiza y juguetona, para mayor regocijo y ensañamiento de la sátira nacional, se celebra justo por estas fechas, el “Día de la Hispanidad”. Un día que seguramente muchos de los descendientes de aquellos indígenas del “Descubrimiento de América”; seres salvajes y semidesnudos, pecadores y carentes de alma a los que la Madre España acogió salvándolos del pecado y la depravación… rememorarán como se merece, con fanfarrias y cabra de la legión incluida, y lo harán infinitamente agradecidos. Seguro.


Pero centrándome en lo que me preocupa, en lo cercano, el “Día de la Hispanidad” representa nuestra fiesta, “La Fiesta Nacional”… ¿Pero qué fiesta celebramos? ¿Qué significado le damos a la expresión Hispanidad en la actualidad? Éstas son preguntas retóricas que empobrecen la imagen de ese Gran Reino (construido a base de mamporros y sometimiento religioso), que fue España…

Porque la fiesta de la Hispanidad es, 522 años después:
  • ¿La fiesta e hispanidad de los mangantes e impresentables de las tarjetas fantasma de Caja Madrid, ejemplo de esa “Casta Ibérica” que se permiten dar consejos de austeridad o enarbolar la hoz y el martillo, mientras se van de putas?
  • ¿La fiesta e hispanidad de la presidenta del Círculo de Empresarios, que con sus “brillantes” palabras justifica la discriminación de la mujer frente al hombre dentro del mundo laboral?
  • ¿La fiesta e hispanidad del suicidio irresponsable del president Artur Mas y su consulta independentista, que se juega un órdago a la grande frente al Tribunal Constitucional, sin prever las consecuencias y el peligro que sus actos puedan causar, cuando hablamos del sentimiento de un pueblo cada vez más dividido?
  • ¿O hablamos de la fiesta e hispanidad inepta y ridícula con la que se está manejando el Gobierno casposo del PP, representado por una mediocre e incompetente (Ana Mato), que ni sabe, ni se le intuye capacidad ninguna para saber gestionar la mayor crisis de Salud que ha tenido España en muchos años?


¿Paradójico verdad?

Porque, volviendo a lanzar mis reflexiones al aire;
  • ¿Es obligatorio celebrar la Hispanidad con la que está cayendo?
  • Al nuevo Rey Felipe VI, un monarca supuestamente más cercano, moderno y preparado, ¿no le parece vomitivo todos los despropósitos que salpican a su querido País?
  • ¿No hubiera sido más inteligente y de sentido común (empatía creo que lo llaman), dejar los desfiles, la algarabía y las fanfarrias para momentos de mayor regocijo nacional?
  • ¿De verdad era necesario quedar en evidencia, al mostrar tanta cortesía ante la Jet-set, en un coctel celebrado en el Palacio Real (1500 personas), mientras la verdadera España sufre las consecuencias del virus de la corrupción, el austericismo, el desgobierno, los recortes de lo público o las desigualdades sociales marcadas por el paro y la pobreza ?


Por todo ello me atrevo a recordarle a la máxima y realísima representación de la Marca España, a nuestra Católica Majestad el Rey Felipe VI; “Que usted, mi Rey por la gracia de Dios, representa y es la cabeza visible de todos los españoles, y no solo de la Gentleman People a los que tuvo a bien saludar el pasado día 12 de octubre... y entre los que se encontraban personajes tan "honorables" como el expresidente del Tribunal Supremo Carlos Divar o la maravillosa y siempre acertada Mariló Montero entre otros”

Porque permítame aconsejarle (seguramente mejor que su exconsejero Rafael Spottorno), como vasallo suyo que soy y desde el máximo de los respetos y humildad, que a mi entender; las responsabilidades se asumen y se encaran de frente. Y que en pleno S. XXI no solo sirve el ostentar una percha envidiable en trajes de soldadito valiente y princesas de “Cuento de Hadas”, que en nada se parece al “País de Nunca Jamás” en el que se ha convertido España. SU ESPAÑA.


Y abusando de su Real confianza le pido, aún entendiendo que usted no tiene ningún poder ejecutivo (en manos del Gobierno). Le ruego como única baliza de socorro que me queda, que se enfrente a la deriva a la que nos está llevando éste Gobierno que no me representa y al que no puedo pedir algo que no me puede dar, como es: humildad, honradez, inteligencia y sobre todo DEMOCRACIA REAL. 

Por todo ello le ruego, le suplico, que abandone la comodidad de los monarcas de Prensa Rosa y asuma su papel como lo hizo el Rey Arturo en tiempos donde la palabra honor y caballerosidad no se ponían en entredicho. Da igual que seamos republicanos o monárquicos (eso es otra historia), es nuestra última esperanza para acabar con tanta mediocridad e incompetencia… porque en un año que queda para las generales, su reino, el mío, estará hundido.



Oscar Ara



viernes, 3 de octubre de 2014

MACHISMO DE MUJER



Déjenme hoy empezar el artículo sin preámbulos, a saco… con algunas reflexiones altaneras sobre hombres, mujeres & viceversa.


Allá voy:

·       Que hombres y mujeres somos diferentes, es un hecho. 
·      Que esas diferencias nos enriquecen como seres humanos, es pura lógica.
· Que saber valorar las potencialidades de unos y otros para así implementarnos es, como poco, práctico e inteligente.
·  Que las diferencias por razón de sexo acrecientan las desigualdades económicas y laborales, es una triste realidad.
·  Que los logros conseguidos en décadas de luchas por mujeres comprometidas y orgullosas sigua siendo insuficiente, es involución.
·     Que la violencia de género sea aún una lacra social asumida por este mundo supuestamente civilizado, es vergonzoso y terrorífico.


·  Que los roles prefijados para el hombre y la mujer hayan variado tampoco con el paso de los siglos, es un problema cultural y educativo de difícil solución.
·    Que el género de una persona sea por sí mismo un motivo suficiente para encasillar sus capacidades (buenas o malas), es un grave error.
·    Que en pleno siglo XXI, haya partidos políticos que se atrevan a legislar sobre lo que tienen o no tienen que hacer las mujeres con su cuerpo, es un DESPROPOSITO con mayúsculas.
·    Que los anacronismos de la Iglesia católica, apostólica y romana, dibujen a la mujer como fiel, sumisa y devota sufridora frente al marido, es para excomulgarles del planeta tierra por marcianos.
·   Que haya culturas y religiones, como fue la nuestra hace 500 años, que denigren a las mujeres a un papel puramente anecdótico y de sometimiento ante el varón, es de barbaros analfabetos.
·  Que intentar luchar contra el machismo con una postura machaconamente feminista y revanchista es, bajo mi modesta opinión, equivocado.
·  Que defender el derecho de las mujeres no es enfrentarse al “otro” cometiendo sus mismos errores, usurpándole su rol… creo que eso nos empobrece.
·  Que como ocurre en otros países de nuestro entorno, las políticas de conciliación laboral y familiar vayan destinadas a premiar y no a castigar la concepción, la gestación de un futuro proyecto de vida.
·    Que solo desde la ética y educación en valores, desde la extirpación radical del proxenetismo y de ciertos estereotipos marcadamente machistas, podremos vislumbrar una próxima generación más igualitaria y menos sexista…


Y que todo lo escrito hasta este momento son obviedades cien mil veces oídas y más o menos políticamente correctas, lo sé. Pero parece ser que una tipa llamada Mónica Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios, no se ha enterado aún que la Época Feudal de la que se ha reencarnado solo existe en los libros de Ken Follet o en los de mi paisano José Luis Corral.

Porque señora, señorita o lo que narices se considere usted… su función como cabeza visible de una asociación como la que representa es, y cito fielmente;

“… la promoción de la libre empresa, de la iniciativa privada, de la economía de mercado y del espíritu emprendedor, y la búsqueda del reconocimiento por parte de la opinión pública del papel esencial del empresario en la creación de riqueza, empleo y bienestar social […] Además, mediante sus programas de cooperación con la sociedad promueve el diálogo con las distintas instituciones políticas y sociales, de cara a un mejor entendimiento mutuo de sus respectivos papeles en la sociedad.

En la concepción de “su” asociación, no veo por ningún lado un párrafo que declare defender ideales y postulados retrógrados y sexistas que amparen los pensamientos mamarrachos y ridículos del cacique de turno. No, no lo veo por ningún lado.


¡Señora Oriol, sus frases no son políticamente incorrectas… sus frases son incorrectas sin más, y tendrían que considerarse delictivas! Las frases emitidas por usted, una supuesta mujer, lo único que alienta y justifica ante el empresariado más rancio y borreguil, que haberlos haylos, es seguir fomentando la discriminación de la mujer frente al hombre. Y ese, Doña Mónica Oriol, no es su cometido. ¡Los comentarios políticamente incorrectos, guárdeselos para las partidas de póker que juega con sus amigotes, mientras se toma un Güisqui on the rocks a la vez que se fuma un Habanos y se rasca los huevos a dos manos!

Su función políticamente correcta es dar soluciones y no sembrar discordia. Su verdadera labor tendría que ser la de incentivar decididamente la función de la mujer en la empresa (quizás nos iría mejor); sin impedimentos, sin trampas hormonales que enfrenten y desvirtué el deseo de ser madre, de formar una familia… ante la aspiración lógica que tiene toda persona (hombre o mujer) de proyectar su profesión hacia las cimas más altas. ¿Se entiende verdad?

Porque usted con su Güisqui DYC, ¿le va a decir a mi madre, y a muchas madres de los 40’, los 60’, los 70’… qué haber tenido hijos trabajando era una decisión arriesgada y doblemente trabajosa? ¡Venga ya, no me joda!


Perdóneme usted, pero a mi madre; como mujer trabajadora y persona cabal y responsable no le llega ni a la suela de los zapatos. Porque es vergonzoso que sus seis hijos, seguramente cuidados por alguna institutriz de raza aria, tengan que oír de una madre, algo tan Kafkiano y machista como;  “trabajo o familia” Una pena…

Y sí, mi mujer trabaja (dos carreras), tiene hijos y a un funcionario a su lado al que le encanta los niños. ¡Ahí le has dao buena mujer!

¡Menos religión y más educación!

Oscar Ara