domingo, 22 de septiembre de 2013

EL YIN Y EL YANG DE LA EDUCACIÓN



Mediados de septiembre, LA EDUCACIÓN da comienzo. Empieza el nuevo curso y por ende las sensaciones intensas y contradictorias asoman con inusitada celeridad. Da igual los años que lleves en esta profesión; horarios y listados de última hora, informes y expedientes académicos por revisar, alumnos y profesores perdidos por los pasillos, pagando la novatada del recién llegado, primeras miradas cruzadas. Nervios.

Caras nuevas a observar con disimulada intención. Deseos de captar indicios no sé muy bien de qué. Miradas esquivas que denotan cierta introversión o nerviosa incomodidad. Miradas desafiantes que nos examinan, para ver si seremos uno más de tantos listillos que les aburren. Miradas perdidas que no entienden muy bien donde están, ni que se les ha perdido ahí… 




En definitiva, miradas adolescentes, llenas de confusión y de esperanza por ver si este año sí, es el definitivo… el año del cambio, en el que van a ser capaces de emprender ese futuro esperanzador, que todos les prometen, si aprovechan el tiempo aprendiendo saberes nuevos y fantásticos. Ilusos… (Perdón).

Presentaciones de ida y vuelta, con nombres y apellidos, donde los datos son lo de menos, y la expresión corporal lo de más. Jóvenes timoratos y balbuceantes ante la expectación que generan sus palabras, se entrelazan con otros más locuaces y resueltos, que se exhiben con atrevidas y divertidas exposiciones. 

Primera toma de contacto e interacción profesor-alumno, tan cerca o tan lejos por momentos. Cómplices o verdugos, según les vaya. El yin o el yang, siempre.

Imberbes adolescentes, demuestran incómodos en su inaugurado pupitre, castigado por el tiempo, su naturaleza libre y ociosa. Otros muestran inconscientemente un personaje de pose chulesca y  tontorrona altanería, que proyectarán desafiantes hacia sus nuevos compañeros de bocas semiabiertas y ojos perdidos, alumnos embobados y descolocados ante lo desconocido, no se sabe, si por la situación nueva o por el largo fin de semana de fiesta y desenfreno. Los horarios desentrenados y olvidados, llaman al sueño.

Preguntas ingenuas lanzadas al aire sin respuesta evidente, son correspondidas entre risas nerviosas que enseguida contagian al grupo, complicidad entre compañeros, códigos no escritos donde el profesor no encaja y casi siempre llega tarde.

Desafíos tempranos que miden la respuesta del docente y lo delatan ante el colectivo, que buscan deliberadamente ver el perfil que tendrá tal o cual profesor para el grupo, durante todo el curso. Confrontaciones aprendidas de muchas batallas anteriores, y que quieren medir cuan en serio se tiene que tomar al profe, al contrario.




Espacios y parcelas bien delimitadas, el uno frente a los otros, minoría frente a mayoría, voz y jerarquía frente a sumisión y obediencia… roles otorgados o roles aprendidos. Más de lo mismo que desilusiona al instante, desde la primera hora. Ilusión efímera. Desilusión complaciente y reconocible.

Demostrar ilusión. Romper programas encorsetados y fallidos. Docencia y decencia. Rol ganado por respeto y convencimiento. Aprendizaje voluntario y querido por su significado terrenal, y no como un acto de fe, ficticio. Potencial aprovechado y no destruido. Saberes por conocer al alcance de sus manos, apetecibles o rancios… esa es nuestra misión y cometido. 

Hacer de la educación una guía de búsqueda personal, de descubrimiento continuo y equivocado que acompañe al adolescente en su curiosidad innata por aprender… ofertándoles una formación continua, atractiva y decididamente necesaria. Integrándola en ellos y no imponiéndosela a ellos. 

Transmitir la pasión y no tanto los conceptos. Iluminar sus rostros por la teatralización exagerada que rompa con los monólogos soporíferos del docente pusilánime. Atreverse a transgredir a reformar los modos y las modas, equivocarse si es necesario. Intentando siempre llegar a nuestros clientes, abriéndonos a ellos de igual a igual, siempre claro está que juguemos al mismo juego. Sin cartas marcadas y con las mangas remangadas. Con esfuerzo, el nuestro y sobre todo el suyo, el más importante… el resto está en sus manos. 


“Dedicado a los profesores interinos, colectivo más castigado por los recortes y políticas erráticas de la administración.”

Oscar Ara

3 comentarios:

  1. Esa pasión de docente la transmites a la perfección. Me encantó el artículo.

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  2. Así tiene que ser la educación basada en emociones. La emoción nos lleva al aprendizaje.

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    Respuestas
    1. A usted lo conozco 😋...
      Cierto, la enseñanza es la interacción de muchos aspectos, donde la emoción juega un papel fundamental.
      En estos tiempos de leyes irracionales, nos lo están poniendo muy difícil a los docentes... Un saludo Jesús.

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