martes, 10 de septiembre de 2013

SEPTIEMBRE DE RESURRECCIÓN

Terminaron las vacaciones, aunque las temperaturas febriles no lo quieran reconocer. La vuelta a la cotidianidad ha vuelto. 
El mes de septiembre tradicionalmente es el que marca la puesta en marcha de la máquina productiva de este país:
  • Los niños y sus profes comienzan a verse las caras. Todo huele a nuevo; los nuevos compañeros y profesores, las clases, los libros e incluso los amoríos libres de testosterona.
  • Las fabricas después de un mes de retoques y puesta a punto para el mantenimiento oportuno, reciben a sus operarios deseosas de fabricar y producir a tutiplén, sin descanso. 
  • El pequeño comercio que cerró por vacaciones y no por imperativo legal, intentará empezar de nuevo, con ilusión y deseos renovados... no queda otra.
Y los políticos... estos también vuelven, y lo hacen para quedarse una temporadita más, para desgracia de la mayoría y alegría de aquellos que viven de sus torpezas y descarada desvergüenza política. Estoy hablando del 4º poder, el periodismo de guerrillas, que durante unos meses ha estado en standby, bueno casi... con Gibraltar y el caso Bárcenas, algunos se han quedado en las trincheras sin vacaciones, becarios incluidos.

Septiembre es sinónimo de inicio y de puesta en marcha. En estos tiempos difíciles de Vía Crucis, se le puede añadir la palabra resurrección, o ilusión ante tanta desesperanza y angustia. Ilusión por un cambio de tendencia, ilusión del desempleado joven o viejo por encontrar un trabajo, ilusión del pequeño comercio por ver la luz al final del largo y negro túnel, ilusión del docente interino por volver a trabajar, ilusión de los ciudadanos por ver una política diferente, sin tomaduras de pelo... de políticos valientes y sinceros que actúen como verdaderos lideres y no como marionetas ridículas que se mueven sin la menor gracia ni estilo, al son de la sinfonía que nos marcan desde Europa y que chirría por oxidada... suena mal, muy mal.

Por ello señores, intentemos disimular nuestro hartazgo y enfrentémonos con dignidad al día día, con nuestros alumnos, con nuestros pacientes, con nuestros clientes... Y démosles las sonrisas que se merecen nuestros hijos, ajenos de momento a la triste realidad que nos rodea y que solo nosotros los ciudadanos, con nuestro compromiso y sacrificio seremos capaces de cambiar; aprendiendo, madurando e interiorizando, las consecuencias de nuestros actos de inacción política o sibilina ignorancia, cada vez que metemos una papeleta en la urna... porque sí, porque yo lo valgo.

Este mes ha empezado con un revés a la credibilidad de España como país, los "guiris" han pasado Olímpicamente de Madrid 2020. 

Han entendido que esta Nación tiene otras prioridades que atender, más allá de los grandilocuentes sueños de unos pocos:

  • Políticos, que veían en la llama olímpica una oportunidad de colgarse medallas y mantenerse en el poder, a pesar de las pequeñas minucias de andar por casa, como el paro, los recortes en educación y sanidad, subida de impuestos, reforma laboral, privatización de lo público...
  • Lobbies empresariales y financieros, que querían volver a clavar sus afiladas y desgarradoras pezuñas de carroñeros... para volver a lo mismo, a lo que nos condujo hasta aquí. La especulación pura y dura, de la ganancia rápida y volátil.

Y como he dicho con anterioridad, la ilusión por el cambio se tiene que sumar al curso político, educativo, económico, laboral, social y mediático de nuestro gran y arruinado país. Para empezar a creer en nosotros mismos y así, en el exterior, no nos tomen como un país poco fiable, corrupto y cobarde.

La ilusión quizá me nuble la razón y me da esperanzas de ver como el Gobierno del PP, invertirá todo el dinero que tenía previsto para Madrid 2020, en Sanidad y Educación... devolviendo la ilusión y la confianza a los ciudadanos y demostrando que ellos también pueden cambiar, mirando por la ciudadanía y no por intereses espurios y canallas de terceros...

Me temo que no es una ilusión. Es un sueño, un bonito y fantástico sueño del "nunca jamas"...


Oscar Ara


1 comentario:

  1. Ojalá no sea un sueño... Hay que confiar. Tienen todo para poder ganarse la confianza de los españoles... o de seguir echando piedras sobre su propio tejado.

    Si el PP se replantea destinar ese dinero a sanidad y educación me alegraré muchísimo por ellos (y obviamente por nosotros, por la cuenta que nos trae) por ese cambio, y se merecerán todo el apoyo que consigan (Hay que reconocer que los cambios son realmente difíciles). Pero si por otro lado no es así... tendremos que sacar fuerzas hasta que podamos provocar nosotros otro cambio en las próximas elecciones. Aunque para eso también habrá que confiar en que todos los españoles sean sensatos a la hora de votar. (Creo que quiero creer y confiar en demasiadas cosas).

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