miércoles, 4 de diciembre de 2013

EL HOGAR, EN LA ESCUELA PRECARIA.

Existe en todo proceso de enseñanza-aprendizaje del adolescente, un binomio fundamental que tiene que conseguir entenderse, comunicarse y trabajar conjuntamente. La familia y la escuela.

Ahí nos encontraremos frente a frente, con la perniciosa y a la vez maravillosa dicotomía entre educar o enseñar. Sin invadir espacios ni parcelas. Acometiendo cada uno su función…

El hogar, frente al aula. El entorno familiar y protector, frente al aburrido compañero de pupitre. El ambiente íntimo y cercano del abuelo, frente al trato frío y desafiante del Capo The Bronx School.


                                    
Padres y docentes. Mamá del niño de tus ojos y voluntarioso interino imberbe. A vosotros padres mal ocupados o desocupados, o cómo diablos estéis, os toca junto a nosotros, los docentes recortados y vejados por la administración, la difícil tarea de consensuar y delimitar entre las siguientes variables:

-         Educar o enseñar.
-         Transferir valores o saberes.
-         Formar en ética y moral o en la curiosidad por la búsqueda continua del conocimiento…

Y en medio tu niño, el mío. Su futuro. Su presente. Nuestra vida y nuestra razón de ser en tus manos, en las mías. Tú porque elegiste y yo por la casualidad de mi profesión.

Horas de insomnio, nunca agradecidas. Noches en vela por esas cosas del querer. Es lo que tiene ser padre… Todo eso paso. Solo es recuerdo.
                     


Tu bebé crece y tú con él. Maduráis y aprendéis mutuamente. El sabe y conoce tus límites, hasta donde llegar... tú mamá, concedes lo que su Papá restringe. Juego de roles donde solo juega uno, tu hijo.

Flexibilidad laboral o conciliación laboral, tú eliges… ¿Conciliación qué? (por un momento pensé que estamos en un país civilizado). Mejor lo primero, el Santo Sanctórum de las políticas reformistas de este gobierno trasgresor y valiente… Horarios partidos en diferentes minijobs, para unir un mísero sueldo con el que cuidar a tu niño.

Diez horas de ausencia familiar en el hogar, son muchas horas en las que el chaval es Robinson Crusoe. Es el Rey del mambo, los papas no están y los abuelos… ¡benditos sean!

-    ¡Silencio por favor! otra vez tarde pequeño insensato, cuál es la escusa hoy…

-    Estoy cansado profe, no me des la tabarra hoy, que no tengo ganas de gilipolleces…

Los valores y la moral, no están ni se les espera, no se han dado, no había tiempo que perder en chorradas. Hay que comer, mejor hoy que mañana. La ética y el respeto a los mayores, al prójimo, al diferente, a uno mismo… son deficitarios en demasiadas ocasiones. Se repite como un virus. Pérdida de valores, dicen. Me suena, creí haberlo oído antes…

El hogar, la guarida de nuestro cachorro ha estado desprotegida demasiado tiempo. La hambruna en la sabana que es España, no permite tener la comida ahí al lado. Los Papás tienen que pasar demasiado tiempo fuera para tener algo que llevarse a la boca…

Mientras el vicho, jugueteaba inocente y solo; primero juega a hacer equilibrios por el precipicio del balcón y no se cae. A continuación juega con fuego y logra no quemarse. Con el paso del tiempo la guarida se le va quedando pequeña e investiga el entorno. Callejea libre y resuelto. Chulo, como excitado… es una bomba a punto de explotar. Capaz de todo. Como el iluso joven mequetrefe que es… que todos hemos sido. Con la pandilla como nuevo refugio, y ése amigo, el más influyente. Su colega. Peligro.

-  Respéteme pequeño insensato y cuide sus palabras, ¡no le permito insolencias ni chulerías…!

-       Venga hombre no me joda y no se ponga así por nada… ¡no me raye a estas horas de la mañana!

Es la gota que colma el vaso. No se puede esperar más. El amor filial y la responsabilidad del docente tienen que tomar partido. En un mismo equipo y con un mismo fin. El niño bobo. Ese que fuiste también tú, hace algún tiempo.

Ofensas continuas, quizás excesivas y cansinas. Modos inapropiados, carentes de toda lógica adulta. Rebotado de la vida y de todo, su mundo es el caos, su caos… cubierto de un muro infranqueable en el que ni tú, ni yo, ni nadie, tienen cabida.



Reunión en la Escuela. Horas de tutorías masificadas. Salas de padres ocupadas. Son muchos padres, demasiados jóvenes desbocados y sin rumbo, para tan pocas salas. Los recursos no dan para más, son los que son. Encontramos un rinconcito. Hablamos.

-     Hola buenos días soy la mamá perdida y superada por la situación, que hago lo que puedo y con un panorama desolador; separada, desempleada y trabajando en lo que sale… siempre en negro, claro. (Claro de por supuesto, no de negro poco oscuro)

-        Hola buenos días, soy el pringado profesor interino a ½ jornada, recién llegado al centro y encargado de la tutoría de su hijo. Perdóneme. Hago lo que puedo.

-         Ya somos dos

-         ¡Ja ja ja! ¡Je je je! (ríen ambos)

-     Pues nada, por lo que veo, mi pequeño insensato se encuentra en las mejores manos…

-         ¡Ja ja ja! ¡Je je je! (ríen ambos de nuevo)

-     Si eso creo… llevo una semana en el centro, ya que tardaron un mes en cubrir la baja y hoy, por fin, he conseguido hacerme con los nombres de mis tutorandos. Podría ser peor… ¡je je!

(Y tras 40 minutos de bla, bla, bla… bla, bla sincero y reconfortante)

-         … Haremos lo que podamos, con la ayuda de Wert.

-   Gracias muy amable señor docente interino… *(precario y pringado, que no tienes donde caerte muerto y te dejas los 900€ de  sueldazo, en pagar la gasolina y el mantenimiento de tu coche, en los 180Km que haces diariamente…) *Pensamiento de la madre, entre paréntesis.

-         Es usted un privilegiado, por hacer lo que le gusta.

-    Gracias, un placer señora madre… *(desempleada de más de 45 años y parada de larga duración, que tienes que sacar a delante a 2 niños malcriados con la ayuda de Dios y de los 450 € de subsidio de desempleo gracias a la bendita, necesaria y salvadora austeridad…) *Pensamiento del profe, también entre paréntesis.

-         Y por lo menos, siempre nos quedará la salud…

-     Más vale, porque como ve, soy inmigrante sin papeles y no tengo derecho ni a ponerme malita, es un lujo que no puedo permitirme.

-     ¡Aah chuss! Nada, nada es la alergia… una se acostumbra después de 3 años.

-       Pues… visto lo visto, su hijo está bien, demasiado bien. Muy bien diría yo...

-         ¡Enhorabuena!

-         Gracias, adiós…

-         Adiós, adiós…

¡Voto a bríos! si esto no está ocurriendo.

¡Voto a bríos!... y hasta al abuelo de Chanquete si esto y cosas peores no me han pasado en épocas no muy lejanas… cuando el aquí escribiente era un mero, un mero inocente pero decente profesor interino.

¡Voto a bríos! para que nuestras jóvenes generaciones sean menos trepas y canallas, más honorables y más auténticos. Más que las actuales, tampoco es pedir tanto… ¡Aunque sean un poco más tontos! Porque, lo de tener una formación como dios manda, va a salirnos caro… y Tú, hijo del proletariado echado a menos. ¡Olvídate, ni lo sueñes!

                                      
Regresamos al pasado, como hace 40 años. Cuando según me cuentan, era yo muy joven, la educación de calidad era exclusiva de unos pocos. Estos que justo hoy, a ti y a mí nos chulean con total impunidad y descaro. Marcándonos al rojo vivo la #MarcaEspaña de los borregos, antes de llevarnos al matadero.

Que Dios, en su infinita misericordia nos coja confesados… (Ensayo para adoctrinar en la fe cristiana, la única, la verdadera…)

AMÉN.


Oscar Ara



1 comentario:

  1. Perfecta descripción de la situación actual. ¡Qué distinto era el trato al profesor en mis tiempos! .Demasiado hacéis. Un abrazo.

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