lunes, 18 de noviembre de 2013

DE LA DGT, A LA DOCTRINA DEL SHOCK.





Todos los días nos despertamos con noticias que pasan más o menos desapercibidas dentro de la maraña de información dolosa y pesimista en la que nos envuelve, día sí y día también, nuestra querida Españistan. Me hizo gracia una de ellas. No pare de darle vueltas, porque aclaraba de una vez por todas, la cuadratura del círculo, y me abría definitivamente los ojos a un come come que no me dejaba pegar ojo (valga la redundancia).
Parece ser que la DGT o Dirección General de Tráfico, ha tenido a bien informar con datos porcentuales, del elevado riesgo que tienen de sufrir un accidente de tráfico, exactamente el doble, todos los ciudadanos que cuentan con un coche de más de diez años, respecto a aquellos afortunados que cuentan con un coche más chachi piruli.
Nos informan cariñosamente y de manera fraternal; que los sistemas de seguridad activa, pasiva o preventiva de los viejos cacharros no son lo suficientemente efectivos como para salvarnos de darnos un castañazo y enviarnos al más allá por la autopista de la muerte, sin pasar por casilla de salida, ni peaje que se le parezca.
O sea, que tengamos a bien comprarnos un cacharro nuevo, y de paso animar el cotarro de la industria de la automoción que está muy malita, si no queremos palmarla a las primeras de cambio, con toda la parentela, suegra y gato incluido. Todo un detalle por parte de la amabilísima DGT que siempre ha cuidado tanto y también de todos nosotros, los torpecicos e incautos conductores españoles y sus descuidadas billeteras. Gracias.
Qué tiene de extraño esta noticia, pensaran ustedes. Qué hay de malo en que la DGT nos informe y nos clarifique, que tu Manolo tienes que cambiarte de una puñetera vez el Peugeot 205 de doble carburador que no hace más que contaminar, gastar y no tira un pimiento Manolo.
Qué hay de malo en la notificación, donde se nos informan de la potencia, cilindrada, número de bastidor o peso máximo que se puede cargar la furgoneta de Vicente. Esa que lleva utilizando desde hace más de dos décadas, para hacer la ruta de la comarca de la Jacetania repartiendo ese pan que solo su familia ha sabido hacer generación tras generación. Y que ahora gracias a la voracidad de los Alcampos, Mercadonas e HiperCors de turno, no le llega casi ni para combustible, y ya no digamos para soñar siquiera, en comprar una Mercedes Vito o una Ford Transit, como era su intención.                  
Para una mente perversa y atrofiada como la mía, ahí radica lo miserable de la noticia, señores. La Dirección General de Tráfico, te está diciendo en tus propias narices Manolo, Vicente o Raúl, lo ridículo, miserable y pobretona que es tú vida, al no poder comprarte un aparato de locomoción digno por unos míseros 15 o 20.000 € de naa, y así poder garantizar tu seguridad y la de tu familia… ¡Pringao, que eres un pringao! 
¡Toma castaña! Cómo si tú no lo supieras. Cómo si a ti Raúl, te encantara sujetar el retrovisor derecho con la cinta americana o tentar un mes más a la suerte, al no tener suficiente cash para cambiar los neumáticos delanteros que se han quedado sin dibujo.
O como si tu Vicente, que llevas podrido y herrumbroso todo el suelo de tu fragoneta, por la conbinación letal de sal y agua de las carreteras de montaña, te encantará pasar frio en los pies, todos los días, por las malditas filtraciones.
Definitivamente, no se puede ser más cínico e hijo de la Gran Bretaña. No se puede hacer tanto daño gratuitamente y de manera inmisericorde. No se puede ser tan borde sin querer. No. No se puede. Pero claro, uno recuerda en manos de quienes estamos y dices; “¡Jodo qué no!"
                                      
Es aquí cuando me entra una mala hooostia…
Porque se puede ser un partido mentiroso, con cierto tufillo a rancio. Un partido de gomina pasada de moda, que les da a sus dirigentes y adoradores chupatintas, un cierto estilo mafioso de Gánster siciliano. Se puede ser el partido de la señal de la cruz, donde el dogma no es solo cuestión de fe cristiana, sino también de pupitre y de rodillas en cruz contra la pared. Un partido de bocazas y donjuanes cobardes que se someten a las primeras de cambio, a las encomiendas bastardas de la Troika sin dar una alternativa posible que mitigue, un poco, el sufrimiento de sus conciudadanos…
Pero lo que nunca puede convertirse un partido político, es en una élite mercenaria del gran poder que utiliza a los ciudadanos, cuando y como les apetece. Sin el menor miramiento y con total desfachatez. Que es capaz de reírse a la cara de los ciudadanos, con notificaciones ridículas como estas, sin ser capaces de ponerse en su lugar y ver su reacción al leer semejante gilipollez. Empatía me parece que se llama. Algo de lo que estos y no solo estos carecen por completo. 
Porque pueden parecer bobos, pero tontos no son. Saben la actual situación de inmunidad política y judicial en la que se encuentran, tanto por el hundimiento de la oposición socialista cual Titanic, como por el control total de la judicatura española…                       
Y sobre todo saben la indolente actitud de un pueblo, demasiado acostumbrado al sacrificio y entregado con resignación a una suerte que no es capaz de imaginar… por eso les digo, que blanco y en botella.
De esta manera llegué a la conclusión y clarividencia que comente al principio del artículo. "Hacen todo lo que hacen porque pueden."
·                    Hacen memeces porque pueden. 
·                    Mandan ridículos, interesados e hirientes consejos de educación vial porque pueden. 
·                    Dicen y se desdicen a los 5 min. porque pueden. 
·                    Manejan y ocultan la información de un canal privado que después cierran porque pueden. 
·                    Salen indemnes de acusaciones sabidas pero turbiamente camufladas porque pueden. 
·                    No asumen nunca responsabilidades políticas en acontecimientos trágicos y dolorosos porque pueden. 
·                    Castigan al más indefenso y les quitan sus “privilegios” socio-sanitarios porque pueden. 
·                    Otorgan el calificativo de terroristas a simples ciudadanos que les recrimina a la cara sus golferías porque pueden. 
·                    Recortan, privatizan y lo enmascaran todo en una falsa e impuesta austeridad  porque pueden. 

Con ellos las diferencias sociales se acrecientan, convirtiendo a  los ricos en más ricos y a las clases medias y pobres en las paganas de sus fechorías reduccionistas, de la precarización salarial… y esto lo hacen porque siempre lo han hecho así. Aplican la economía basada en la doctrina del Shock (Naomi Klein), la economía del miedo, del aturdimiento. La economía de la violación continúa de los derechos esenciales del estado del bienestar, que tanto y tanto sufrimiento les costó conseguir a nuestros padres y abuelos. Lo hacen porque quieren y pueden hacerlo.


Y mientras puedan y les dejemos, se reirán de nosotros. 
Mientras permanezcamos aturdidos y ensimismados en nuestras penas, harán con nosotros lo que quieran. Porque el poder político tendría que volver a nuestras manos, las legitimas. Asumiendo de nuevo el papel protagónico en la vida politica y social. Participando y comprometiendonos en la medida de nuestras posibilidades. Recordando la historia, honrándola. Para ello, tenemos que despertar. Reaccionar y tomar las calles de forma pacífica pero decidida. Porque el no hacerlo acabará con nosotros, con nuestro derecho a vivir dignamente.
Ojala me equivoque.

Oscar Ara


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