Existe
en todo proceso de enseñanza-aprendizaje del adolescente, un binomio
fundamental que tiene que conseguir entenderse, comunicarse y trabajar
conjuntamente. La familia y la escuela.
Ahí nos
encontraremos frente a frente, con la perniciosa y a la vez maravillosa
dicotomía entre educar o enseñar. Sin invadir espacios ni parcelas. Acometiendo
cada uno su función…
El
hogar, frente al aula. El entorno familiar y protector, frente al aburrido
compañero de pupitre. El ambiente íntimo y cercano del abuelo, frente al trato frío y desafiante del Capo The Bronx School.
Padres
y docentes. Mamá del niño de tus ojos y voluntarioso interino imberbe. A vosotros
padres mal ocupados o desocupados, o cómo diablos estéis, os toca junto a nosotros,
los docentes recortados y vejados por la administración, la difícil tarea de
consensuar y delimitar entre las siguientes variables:
-
Educar o enseñar.
-
Transferir valores o saberes.
-
Formar en ética y moral o en la curiosidad por
la búsqueda continua del conocimiento…
Y en
medio tu niño, el mío. Su futuro. Su presente. Nuestra vida y nuestra razón de
ser en tus manos, en las mías. Tú porque elegiste y yo por la casualidad de mi
profesión.
Horas
de insomnio, nunca agradecidas. Noches en vela por esas cosas del querer. Es lo
que tiene ser padre… Todo eso paso. Solo es recuerdo.
Tu bebé
crece y tú con él. Maduráis y aprendéis mutuamente. El sabe y conoce tus límites,
hasta donde llegar... tú mamá, concedes lo que su Papá restringe. Juego de roles donde solo
juega uno, tu hijo.
Flexibilidad
laboral o conciliación
laboral, tú eliges… ¿Conciliación qué? (por un momento pensé que
estamos en un país civilizado). Mejor lo primero, el Santo Sanctórum de las
políticas reformistas de este gobierno trasgresor y valiente… Horarios partidos
en diferentes minijobs, para unir un mísero sueldo con el que cuidar a tu niño.
Diez
horas de ausencia familiar en el hogar, son muchas horas en las que el chaval
es Robinson Crusoe. Es el Rey del mambo, los papas no están y los abuelos…
¡benditos sean!
- ¡Silencio por favor! otra vez tarde
pequeño insensato, cuál es la escusa hoy…
- Estoy cansado profe, no me des la tabarra hoy,
que no tengo ganas de gilipolleces…
Los
valores y la moral, no están ni se les espera, no se han dado, no había tiempo
que perder en chorradas. Hay que comer, mejor hoy que mañana. La ética y el
respeto a los mayores, al prójimo, al diferente, a uno mismo… son deficitarios
en demasiadas ocasiones. Se repite como un virus. Pérdida de valores, dicen. Me
suena, creí haberlo oído antes…
El
hogar, la guarida de nuestro cachorro ha estado desprotegida demasiado tiempo.
La hambruna en la sabana que es España, no permite tener la comida ahí al lado.
Los Papás tienen que pasar demasiado tiempo fuera para tener algo que llevarse
a la boca…
Mientras
el vicho, jugueteaba inocente y solo; primero juega a hacer equilibrios por el
precipicio del balcón y no se cae. A continuación juega con fuego y logra no
quemarse. Con el paso del tiempo la guarida se le va quedando pequeña e
investiga el entorno. Callejea libre y resuelto. Chulo, como excitado… es una
bomba a punto de explotar. Capaz de todo. Como el iluso joven mequetrefe que
es… que todos hemos sido. Con la pandilla como nuevo refugio, y ése amigo, el
más influyente. Su colega. Peligro.
- Respéteme pequeño insensato y cuide
sus palabras, ¡no le permito insolencias ni chulerías…!
- Venga hombre no me joda y no se ponga así por
nada… ¡no me raye a estas horas de la mañana!
Es la
gota que colma el vaso. No se puede esperar más. El amor filial y la
responsabilidad del docente tienen que tomar partido. En un mismo equipo y con
un mismo fin. El niño bobo. Ese que fuiste también tú, hace algún tiempo.
Ofensas
continuas, quizás excesivas y cansinas. Modos inapropiados, carentes de toda
lógica adulta. Rebotado de la vida y de todo, su mundo es el caos, su caos…
cubierto de un muro infranqueable en el que ni tú, ni yo, ni nadie, tienen cabida.
Reunión
en la Escuela. Horas de tutorías masificadas. Salas de padres ocupadas. Son
muchos padres, demasiados jóvenes desbocados y sin rumbo, para tan pocas salas.
Los recursos no dan para más, son los que son. Encontramos un rinconcito.
Hablamos.
- Hola buenos días soy la mamá perdida y superada
por la situación, que hago lo que puedo y con un panorama desolador; separada,
desempleada y trabajando en lo que sale… siempre en negro, claro. (Claro de por
supuesto, no de negro poco oscuro)
- Hola buenos días, soy el pringado
profesor interino a ½ jornada, recién llegado al
centro y encargado de la tutoría de su hijo. Perdóneme. Hago lo que puedo.
-
Ya somos dos
-
¡Ja ja ja! ¡Je je
je! (ríen ambos)
- Pues nada, por lo que veo, mi pequeño insensato
se encuentra en las mejores manos…
-
¡Ja ja ja! ¡Je je
je! (ríen ambos de nuevo)
- Si eso creo… llevo una semana en el
centro, ya que tardaron un mes en cubrir la baja y hoy, por fin, he conseguido
hacerme con los nombres de mis tutorandos. Podría ser peor… ¡je je!
(Y tras 40 minutos de bla, bla,
bla… bla, bla sincero y reconfortante)
-
… Haremos lo que podamos, con la ayuda
de Wert.
- Gracias muy amable señor docente interino… *(precario
y pringado, que no tienes donde caerte muerto y te dejas los 900€ de sueldazo, en pagar la gasolina y el
mantenimiento de tu coche, en los 180Km que haces diariamente…) *Pensamiento de la madre, entre paréntesis.
-
Es usted un privilegiado, por hacer lo que le
gusta.
- Gracias, un placer señora madre… *(desempleada
de más de 45 años y parada de larga duración, que tienes
que sacar a delante a 2 niños malcriados con la ayuda de Dios y de los 450 € de
subsidio de desempleo gracias a la bendita, necesaria y salvadora austeridad…)
*Pensamiento del profe, también entre paréntesis.
-
Y por lo menos, siempre nos quedará la
salud…
- Más vale, porque como ve, soy inmigrante
sin papeles y no tengo derecho ni a ponerme malita, es un
lujo que no puedo permitirme.
- ¡Aah chuss! Nada, nada es la alergia… una se acostumbra
después de 3 años.
- Pues… visto lo visto, su hijo está
bien, demasiado bien. Muy bien diría yo...
-
¡Enhorabuena!
-
Gracias, adiós…
-
Adiós, adiós…
¡Voto a
bríos! si esto no está ocurriendo.
¡Voto a
bríos!... y hasta al abuelo de Chanquete si esto y cosas peores no me han
pasado en épocas no muy lejanas… cuando el aquí escribiente era un mero, un
mero inocente pero decente profesor interino.
¡Voto a
bríos! para que nuestras jóvenes generaciones sean menos trepas y canallas, más
honorables y más auténticos. Más que las actuales, tampoco es pedir tanto… ¡Aunque
sean un poco más tontos! Porque, lo de tener una formación como dios manda, va
a salirnos caro… y Tú, hijo del proletariado echado a menos. ¡Olvídate, ni lo sueñes!
Regresamos
al pasado, como hace 40 años. Cuando según me cuentan, era yo muy joven, la
educación de calidad era exclusiva de unos pocos. Estos que justo hoy, a ti y a
mí nos chulean con total impunidad y descaro. Marcándonos al rojo vivo la
#MarcaEspaña de los borregos, antes de llevarnos al matadero.
Que
Dios, en su infinita misericordia nos coja confesados… (Ensayo para adoctrinar
en la fe cristiana, la única, la verdadera…)
AMÉN.
Oscar Ara
Perfecta descripción de la situación actual. ¡Qué distinto era el trato al profesor en mis tiempos! .Demasiado hacéis. Un abrazo.
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